La reforma de la educación secundaria: la experiencia de España
19 dic 2010 by Uriel Vicente in


La implementación de una  reforma educativa en México, España u otro país, tiene el mismo objetivo: la incorporación de estrategias en un plan nacional que ayuden a lograr una calidad en la educación, abordando diferentes perspectivas como currículo, formación de maestros, materiales, recursos,  entre otros. 

Debemos estar consientes que nuestra reforma actual  de educación secundaria (2006) y  la múltiples que se avecinan no  pueden ser entendidas como una ley cabal, donde se estipula una forma de trabajo y enseñanza determinada; a mi parecer el éxito de una reforma educativa esta basa en primer lugar en el conocimiento de la misma (no se puede actuar si desconocemos el contenido, planteamiento, fundamento  y estrategias innovadoras) y por otra parte, en la capacidad de adecuación de los centros de trabajo y del mismo docente en el aula,  para relacionar los propósitos de la misma, definir su papel como docente y propiciar el papel esperado para con los alumnos, modificar su método de enseñanza y por ende el aprendizaje, en fin llevar la reforma hasta el salón de clases, es el verdadero reto de los docentes  y  en el que todos los actores del proceso escolar debemos de trabajar para empezar a tener una calidad educativa. 


Marchesi, Álvaro (1995), “La reforma de la educación secundaria: la experiencia de España”, en Revista Iberoamericana de Educación, núm. 9, Madrid, Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, pp. 77-90.


Por: Oscar Ángel Cigarroa Estrada 

  1. Muchas de las reformas que ha tenido nuestro sistema de educación tienen influencias de Europa. Pero habrá que poner mucha atención en los resultados que estamos obteniendo, aquí, en nuestra nación. Muchos modelos pedagógicos han tenido éxito en aquel país pero en México no han encontrado las mismas muestras de eficacia, muy por el contrario pareciera que sólo la afecta. Ya se ha hablado mucho acerca de lo que significa todo esto, sin embargo no se hace demasiado para revertir o evitarlo. En primera se encuentra el poco capital destinado a este rubro, también la falta de mecanismos de selección de docentes que realmente aseguren un buen desempeño dentro de las aulas, otro aspecto muy recurrido es la diversidad increíble con la que cuenta el país. Así podemos concluir que si bien es viable copiar otros sistemas de educación que parecieran efectivos, debemos hacer las adecuaciones pertinentes sobre las necesidades del alumno en los distintos contextos sociales que permean nuestro país.

    Por: Uriel Vicente Morales Flores

  1. Lo que percibido es que nuestro país siempre se caracterizado por copiar modelos de otros países, en cuanto a la educación se refiere, lo cual no se hace algo muy negativo, pero tampoco para aplaudirle. Considero que si nuestra nación decide adoptar nuevas reformas educativas extranjeras, debe tener una visión interna sobre lo que está pasando, y ver si es conveniente acogerlas para nuestro sistema educativo. Cabe resaltar, que el adoptar dichas reformas deben de sufrir ciertas adecuaciones acorde a las necesidades del entorno, en este caso México.

    Solo así y de esa forma, nuestro sistema educativo tendrá un camino mucho más prospero, claro que surgirán algunas trabas, pero también hay que poner nuestro granito de arena, y no dejarle el paquete a otros. Nosotros como maestro debemos, de llevar ese cambio desde nuestras aulas.
    Por: Julio César Bernabe Santiago

  1. Vaya que es un tema complicado y que deja muchos puntos por discutir, sobre todo porque con cada solución se crean más problemas y posibles consecuencias en las cuales pensar. Es ciertisimo que una reforma no resuelve nada si no se hace conjuntamente con otras lienas de acción, es decir cómo podemos pensar en mejorar la educación si todo lo demás esta en malas condiciones; este es un punto al que se llegó en clase, aunque personalmente creo que se puede lograr, aún no soy conciente de la manera de hacerlo, pero me siento positivo ante este reto.

    Recordando a Sylvia Schmelkes en "Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas" puedo destacar el importante papel de los docentes como agentes de cambio, que posibiltan un redireccionamiento de los alumnos y proximos ciudadanos como personas acordes a lo que la sociedad necesita, aptos para vivir en armonia y buscar su felicidad. Pero este núcleo de cambio en el cual se encasilla al maestro no es sólo una simple obra de mágia, atras de ello debe existir un trabajo formativo hacia los futuros docentes, y es ahí donde nos podemos hacer preguntas totalmente personales diciendo ¿la educación normal verdaderamente forma a docentes capaces y eficientes para la profesión?
    ¿qué le hace falta a las normales? ¿cuáles posibles soluciones podemos ofrecer? ¿cuáles son las dificultades de los alumnos normalistas para desarrollarse integra y eficientemente? y es en este punto donde me pregunto ¿dondé esta la reforma a la educación normal?

    Ahora bien, continuando con los agentes de cambio, sólo quiero agregar que no son robots programados para cumplir una función espefica, sin fallar, sin tener complicaciones, debemos tener en cuenta que los maestros también somos seres humanos con necesidades sociales, emocionales, fisiológicas, se salud tanto física como mental, en la que muchas veces no estamos completamente conectados o en buenas condiciones para dar el maximo rendimiento; con esto quiero Preguntar ¿dondé se contemplan estas situaciones en los diferentes reglamentos que ayudan a mejorar las condiciones laborales de los docentes?

    Y para no ahondar en lo que pienso es el talón de aquiles del magisterio, el sindicalismo, pasaré a otros temas sociales y políticos como es la necesidad de crear conjuntamente programas eficaces para el desarrollo social, combatir la pobreza, la perdida de valores, la inseguridad, las diferentes patológias sociales, los deteriorados servicios que presta el Estado y su corrupción, combatir el alcoholismo y la drogadición, es decir, un plan que contemple a los ciudadanos integramente, que trabajen conjuntamente los diferentes actores políticos para procurar el mejoramiento de las condiciones del país a un largo plazo y sobre todo que este sea eficiente.

    Tal parece que por todo esto y lo que he dejado fuera sería imposible mejorar el servicio educativo, es por ello que debemos estar enterados de los procesos que han vivido otros países en materia de reformas educativas, aprender de ellos y no sólo transpolarlos a nuestro sistema educativo, si bien lo vemos no es imposible crear un ambiente favorable para comenzar a mejorar en este ámbito, lo que si es díficil es encontrar esas ganas y valor de servicio en muchos de los maestros frente a grupo, y hablo de los que en ocaciones llegan a olvidar que estan trabajando con personas y no con cualquier otra material y que sus acciones en el aula repercutiran en las vidas de aquellos alumnos que hoy tenemos.


    Por: Gustavo Alonso Flores Hernández

  1. Coincido con la opinión de mi compañero Uriel ya que nuestro país ha imitado mucho al tipo de educación que se imparte sobre todo en España. La desventaja de esta situación recae en que Europa y México son totalmente diferentes en muchos aspectos sobre todo el económico, esa desventaja da como resultado la aplicación de reformas a medias, tratando de imitar las acciones que se llevan a cabo en el antiguo continente. Si bien queremos aplicar los modelos educativos en nuestro país debemos observar que es lo que funcionará y si los recursos que se necesitan seran subsidiados por completo por nuestro gobierno, que en muchas de las reformas e implementaciones a la educación ha dejado mucho que desear por ejemplo con el programa Enciclomedia que solo llego a unas cuantas escuelas y las dificultades para su correcto uso no se hicieron esperar. En fin sin sonar pesimista, ya que se que debemos tirarle a las estrellas para llegar al cielo, considero que debemos dejar de copiar modelos y mejor crear uno que realmente cumpla la función de los modelos de enseñanza, mejorar la educación e impulsar el desarrollo del país formando ciudadanos capaces de responder a las expectativas que esta sociedad, cada vez más globalizada, exige.
    Por: Emelina Rodríguez Oceguera

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