Debemos estar consientes que nuestra reforma actual de educación secundaria (2006) y la múltiples que se avecinan no pueden ser entendidas como una ley cabal, donde se estipula una forma de trabajo y enseñanza determinada; a mi parecer el éxito de una reforma educativa esta basa en primer lugar en el conocimiento de la misma (no se puede actuar si desconocemos el contenido, planteamiento, fundamento y estrategias innovadoras) y por otra parte, en la capacidad de adecuación de los centros de trabajo y del mismo docente en el aula, para relacionar los propósitos de la misma, definir su papel como docente y propiciar el papel esperado para con los alumnos, modificar su método de enseñanza y por ende el aprendizaje, en fin llevar la reforma hasta el salón de clases, es el verdadero reto de los docentes y en el que todos los actores del proceso escolar debemos de trabajar para empezar a tener una calidad educativa.
Muchas de las reformas que ha tenido nuestro sistema de educación tienen influencias de Europa. Pero habrá que poner mucha atención en los resultados que estamos obteniendo, aquí, en nuestra nación. Muchos modelos pedagógicos han tenido éxito en aquel país pero en México no han encontrado las mismas muestras de eficacia, muy por el contrario pareciera que sólo la afecta. Ya se ha hablado mucho acerca de lo que significa todo esto, sin embargo no se hace demasiado para revertir o evitarlo. En primera se encuentra el poco capital destinado a este rubro, también la falta de mecanismos de selección de docentes que realmente aseguren un buen desempeño dentro de las aulas, otro aspecto muy recurrido es la diversidad increíble con la que cuenta el país. Así podemos concluir que si bien es viable copiar otros sistemas de educación que parecieran efectivos, debemos hacer las adecuaciones pertinentes sobre las necesidades del alumno en los distintos contextos sociales que permean nuestro país.
Por: Uriel Vicente Morales Flores