“La adolescencia es un renacimiento, pues rasgos humanos más elevados y complejos surgen con ella” (Stanley Hall 1975). La verdad esto resulta muy cierto, ya que una persona cuando se encuentra en esta etapa de su vida, adquiere cualidades en cuanto a su forma de pensar y comportarse que son inéditas; y dichos aspectos van formando su personalidad y madurez, que lo marcan para la vida adulta.
Pero si nos enfocamos un poco a lecturas anteriores Stanley hall, inspirado en la teoría evolucionista de Darwin elaboró la teoría psicológica de la recapitulación, que sostiene como principio que la historia de todos los hechos de la humanidad se ha integrado al sistema genético de cada hombre. Por lo tanto, la ley de recapitulación dice que el desarrollo de cada organismo humano se realiza en etapas similares a los períodos históricos, es decir que un ser humano comienza su vida a partir de un comportamiento primitivo y salvaje y va transformándose hasta llegar a una forma de vida más civilizada en su madurez.
Se puede inferir desde esta teoría, que el desarrollo del hombre comprende patrones de comportamientos que no se pueden evitar, que no cambian, que son universales y que no dependen de la sociedad ni de la cultura. Este punto de vista fue muy cuestionado tanto por los antropólogos culturales como por los sociólogos, por ser una postura de carácter extrema que no podía sostenerse. La idea de Hall propiciaba la práctica de la tolerancia de las conductas inaceptables por parte de padres y educadores ya que las consideraba como etapas necesarias del desarrollo, asegurando a la vez que dichos comportamientos intolerables desaparecían espontáneamente en la etapa siguiente.
Hall describe a la adolescencia como un período de de “tormenta e ímpetu”, términos extraídos de una etapa de la literatura alemana idealista, revolucionario, sentimental, apasionado y trágico.
Si duda alguna, la adolescencia corresponde a una época en que la humanidad se encontraba en un estado de transición turbulenta. Para Hall, la adolescencia es un segundo nacimiento porque es cuando aparecen las características esencialmente humanas. El adolescente vive una vida emotiva fluctuante con tendencias contradictorias. Puede expresar mucha energía y actividad desmedida y alternativamente mostrarse indiferente y desganado. Pasar de la euforia a la depresión, de la vanidad a la timidez, del egoísmo al altruismo idealista. Es una etapa de pureza y de tentación en que el adolescente desea la soledad pero al mismo tiempo necesita integrar grupos y tener amistades, que suelen tener gran influencia sobre él. Puede ser dulce a veces y muy cruel otras, apático y entusiasta. El adolescente desea encontrar ídolos pero rechaza la autoridad. En el final de la adolescencia se recapitula el comienzo de la civilización moderna, y allí termina el proceso evolutivo, llegando a la madurez.
Hall, Stanley (1975), Adolescencia, Vol 1, Nueva York, Ayer Company Pubishers, pp VII-XIX. [Primera edición en inglés, 1904]
Hecho por: Julio César Bernabe Santiago
Gran parte de lo que Hall propuso causó estrágos en el mundo de la pedagogía de sus contemporáneos y aun en nuestro tiempo el estudio de sus teorías resulta inquietante. Respecto al comentario de César, no comparto dos ideas que expresa, la primera acerca de que algunos de nuestros comportamientos no están influenciados por la sociedad (al principio del párrafo tres) me parece ilógico porque para empezar somo seres sociales, no podemos vivir en la soledad; dependemos mutuamente de los que nos rodean y siempre el comportamiento de unos afectará nuestra conducta. Probablemente este tipo de inferencias sean resultado de las explicaciones de Stanley, pero para mí todo acto tiene una justificación, nada sucede de la nada.
La segunda idea que expresa al final, respecto a que nuestro proceso evolutivo termina en la madurez no me convence, pues incluso en el ocaso de nuestras vidas (senectud) nuestra evolución continua. Podríamos pensar que es una especie de regresión por la pérdida de algunas facultades como la auditiva, visual, motriz; sin embargo también responden a la evolución del hombre. Si nos resultace difícil creerlo sería tanto como pensar que la evolución es sólo biológica y no mental.
Finalmente reconoceré que Hall fue un gran innovador y gracias a él la pedagogía hoy tiene otra misión. Educar para la vida.
Por: Uriel Vicente Morales Flores